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Hace dos años Etchecolatz era condenado por la justicia argentina por ser parte del aparato represivo que cometió crímenes de lesa humanidad en el marco del genocidio que instauró la última dictadura militar en la Argentina. Fue mano derecha del general Ramón Camps (quien comandó los secuestros enmarcados en la Noche de los Lápices), que lo puso como Jefe de la Policía Bonarense en esos años oscuros, para que supervisara esa Noche y tantas otras...
En las audiencias, uno de los testimonios claves para condenar al sádico verdugo fue el del albañil Jorge Julio López, quien había sido “chupado” el 21 de octubre de 1976. El valiente López revivió frente al Tribunal y frente a su torturador cómo le pasaban picana, lo pateaban, presenciaba fusilamientos, y demás crímenes cometidos sobre su persona.
Pero, el día 18 de septiembre del 2006, cuando se leyó la sentencia contra Etchecolatz, entre los miles que estaban festejando porque por primera vez se condenaba a un asesino por genocidio en la Argentina estaba ausente Julio. Primero se dijo que era viejo y senil, que estaría perdido. Después nos enteramos que había sido amenazado y que potencialmente podría estar desparecido… hasta que las autoridades se animaron a blanquear lo que muchos sabíamos: los policías, militares y civiles que operaban en los ‘70s seguían manteniendo su cuota de poder, por más escondidos que estuvieran.
A dos años de su desaparición, los avances en la investigación son pocos (por no decir nulos), y las últimas medidas que se tomaron fueron investigar a los compañeros de López y apresar a un militante de DDHH por hacer una pintada exigiendo su aparición con vida. Sí, “me dijeron que en el reino del revés…”
Quienes nos concebimos la desaparición de una persona en democracia (ni López ni Ávalos), nos indignamos ante la falta de respuestas y movilización. Para muchos exigir su aparición es una consigna vacía…pues nosotros no lo vemos así, cuando escuchamos su declaración en el juicio y las lágrimas nos abordan, cuando escuchamos a Etchecolatz y los represores que aquí están siendo juzgados seguir rezando amenazas al público, cuando un pibe de 15 años dice “tendrían que volver los militares y matar a estos zurdos/negros/pobres/boludos”, cada vez que pasan estas cosas nuestro pedido se llena de sentido.
Lamentablemente, hoy no nos podremos encontrar en la calle para pedir la aparición de Jorge Julio López y el castigo a todos los responsables por su desaparición y la de los 30.000. Pero no nos olvidaremos de él, ni hoy ni mañana.
JORGE JULIO LÓPEZ
¡PRESENTE!
quienes hacemos G.R.A.M.
Grupo de Representantes de los Estudiantes de Medicina
gram_medicina@jetband.com.ar
http://enGRAMpados.blogspot.com
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